Las usamos para decorar nuestra vivienda, para cubrir las paredes, para comerciar (en algunas zonas del mundo), e incluso para regular sutilmente la temperatura de nuestro hogar. Las alfombras nos han acompañado desde hace milenios, y su historia se remonta a las primeras culturas.
Recopilamos una pequeña lista con las alfombras más antiguas del mundo. Al menos, las más conocidas, desde las más cercanas a aquellas que han durado milenios almacenadas en lugares remotos, escondidas al frío que las ha conservado durante toda la historia moderna.
La alfombra de Maharaja
En 1860, Maharaja de Baroda Khanda Rao, gobernante de la India, mandó tejer una alfombra que hoy está considerada como la más cara del mundo con la intención de decorar la tumba del profeta Mahoma. Sin embargo, tras su muerte la alfombra quedó en la familia, heredándose de generación en generación.
Está cosida con seda y adornada nada menos que con zafiros, diamantes, esmeraldas y perlas. Mide 1,73 x 2,64 metros. Cada decímetro cuadrado tiene unas 5.000 perlas, aproximadamente. Su valor es incalculable, y mucho mayor que el que tienen sus distintos adornos, que ya es de por sí muy elevado.
La alfombra Ardabil
En el siglo XVI, el arte de las alfombras tuvo un importante impulso. Hacia mitad de siglo, fue tejida la que es probablemente la alfombra más copiada: la alfombra Ardabil. En 1893, el museo Victoria and Albert Museum la adquirió por 2.000 libras, y desde entonces se ha convertido en un referente de arte.
Mide 10,51 metros de largo y 5,34 metros de ancho, por lo que es una de las alfombras más grandes y vistosas. Además, cuenta con una hermana gemela algo más fina y en peores condiciones de conservación.
En ocasiones ha estado colgada de la pared, aunque suele verse más en horizontal en las exposiciones, como la que vemos arriba. Destacan detalles de perspectiva nunca vistas en el arte islámico de la época, así como la multitud de colores que hacen única a esta alfombra.
La alfombra Marby
A principios del siglo XV, o quizá del XIV fueron tejidas en la región de Anatolia (hoy Turquía) unas serie de alfombras. Una de ellas fue trasladada a Suecia, a una pequeña iglesia de la localidad de Marby (de donde viene el nombre de la alfombra de Marby), y descubierta allí años más tarde.
Otra fue descubierta en 1886 en una iglesia en el centro de Italia, y una tercera pieza llegó en 1990 al Metropolitan Museum of Art de Nueva York procedente del Tíbet. A menudo, en la historia, se pierden y recuperan objetos de formas parecidas. No se sabe cuántas de aquellas alfombras hay todavía por el mundo.
La alfombra de Marby, anudada íntegramente en lana con tramas de hilo rojo y marrón, se encuentra desde 1925 expuesta en el Museo de Antigüedades Nacionales de Suecia en Estocolmo, donde puede ser visitada.
La alfombra de Pazyryk
La alfombra de Pazyryk, anudada por completo en lana, es la más antigua del mundo conservada. Se sospecha que pertenece al siglo V a.C., lo que la coloca como poco en la misma época en que Alejandro Magno consolidó el mayor imperio (por territorio) que la humanidad ha tenido nunca.
Fue descubierta por el arqueólogo Sergei Ivanovich Rudenko en Siberia, en concreto en la tumba de un jefe tribal de la región de Escitia. Estaba congelada, y es probable que aquello la salvase del paso del tiempo. En la actualidad está expuesta en sus dos metros de longitud y 183 cm de ancho en el museo L’Ermitage de San Petersburgo (Rusia).
¿Las alfombras más antiguas del mundo?
Aunque no hayan quedado registros tangibles, lo más probable es que las alfombras kilim sean las más antiguas del mundo. En nuestra tienda puedes encontrar a sus descendientes. Originarias de los pueblos nómadas de Asia Central hacia el siglo XV a.C., eran usadas para calentar las tiendas que servían como casas.
Servían como suelos sobre los que caminar, así como paredes que protegiesen del calor y del frío, e incluso eran usadas para envolver el resto de pertenencias durante los viajes. Los motivos geométricos eran frecuentes en estas alfombras de lana, algodón y seda que no tienen “pelos”.
Su diseño es realmente interesante, ya que las kilim originales mantienen los colores separados entre sí a través de tiras de tejido. Kilim significa, literalmente, «que no mezcla colores».
Quién sabe cuántas alfombras antiguas, y de cuándo, esperan a ser descubiertas por algún equipo de arqueólogos que hoy se esté poniendo en marcha. O descubiertas por accidente dentro de alguna otra obra de arte, algo bastante frecuente en tejidos. La historia todavía tiene la última palabra.
Imágenes | Fresher, cultura.gob.mx, Desconocido
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