¿Es saludable que mis hijos jueguen en la alfombra?

hijos niños en la alfombra

Si tienes hijos quizá te preguntes si es saludable que jueguen en la alfombra. La respuesta general es que sí, aunque siempre hay quien se preocupa por los ácaros, bacterias y otros microorganismos, y deciden guardar sus alfombras hasta que los pequeños crezcan. Pero los niños y alfombras no son incompatibles.

Del mismo modo que existen esquinas de goma para que los pequeños no se golpeen contra los cantos de los muebles, existen modos de hacer perfectamente seguras las alfombras. En este artículo te contamos por qué no es necesario que guardes la alfombra si tus pequeños juegan en el suelo.

Los zapatos, en la entrada

De entrada, una alfombra sucia es un peligro de salud. Pero para conseguir una alfombra realmente sucia y peligrosa uno debe abandonarla durante semanas o meses, algo que rara vez se da en viviendas habitadas. Y eso que las alfombras se ensucian por muchos motivos.

Un motivo incontrolable es el polvo en suspensión en el aire. Este se posa, dejando capas de suciedad que luego hay que barrer del suelo. Este polvo tiene a su vez una infinidad de orígenes: desde las pequeñas partículas que entran por las ventanas cuando ventilamos (y que en días de sol podemos ver iluminadas), hasta las partículas que salen de un cigarro. También el polvo que levanta una obra cercana, el tubo de escape de los vehículos o el polen.

polvo en el aire

Luego están las propias escamas de piel que mudamos a diario. A diferencia de las serpientes, los humanos cambiamos las células todos los días, poco a poco. Estas escamas caen al suelo y, aunque no sean malas para nosotros, a nuestro alrededor viven unos animales microscópicos llamados ácaros que se las comen, reciclándolas en cierto sentido, pero dejando detrás excrementos microscópicos que pueden irritar nuestra piel si se encuentran en cantidades enormes.

Este tipo de suciedad tampoco es fácil de controlar. Los ácaros viven en todas partes: las alfombras, el aire, el suelo, en nuestra ropa e incluso sobre nuestra piel.

Visto todo esto, ¿qué es lo que sí podemos controlar? La suciedad que viene de la calle en nuestros zapatos. En nuestros pies arrastramos desde el exterior la suciedad propia de los árboles, pero también los desechos de las mascotas, restos como gasolina o aceite de motor. A estos se le suman los chicles, tierra húmeda o incluso piedras y cristales si caminamos con botas.

zapatos sucios

Por eso, si vives con bebés que se arrastran por el suelo, lo ideal será dejar los zapatos en la entrada (como es costumbre en Japón) y no caminar con ellos por la vivienda. Especialmente no por la alfombra, que luego habrá que sacudir e incluso lavar para eliminar la mancha que hayamos dejado.

Limpiar la alfombra con frecuencia

Siempre es aconsejable limpiar la alfombra con cierta frecuencia, más aún si tenemos bebés arrastrándose por el suelo de casa y haciendo las veces de escobas. Si antes de tener al pequeño pasábamos la aspiradora por la alfombra los fines de semana, entonces quizá debamos hacerlo ahora los sábados y los jueves. Y si la sacudíamos una vez al mes, quizá sea necesario hacerlo cada dos semanas.

Por supuesto, sin volvernos paranoicos. Los pequeños necesitan cierto nivel de microorganismos a su alrededor (inmunización activa). Limpiar todos los días puede ayudar a crear atopias en el futuro, pero inmunizarles activamente tampoco significa que estén permanentemente en contacto con la suciedad.

limpiar la alfombra con frecuencia

Se aconseja un término medio y lavar la alfombra con frecuencia para ayudar a mantener limpio el suelo de la vivienda.

Cuidado con el asma, las alergias y las atopias

Dicho todo esto, hay casos en los que debemos tener especial cuidado, aunque sean casos poco frecuentes. Por ejemplo, en casos diagnosticados de asma, alergias o atopias. Y resaltamos el diagnosticados agregando por un médico. Ni una tos es signo de asma ni un ronchón en la piel significa que el pequeño sea alérgico a los ácaros.

Si vemos que nuestro pequeño se pone malo cuando gatea, por supuesto que debemos acudir al médico. Y debemos plantearnos guardar la alfombra si así nos lo indican desde pediatría.

 

La alfombra es un espacio perfecto para que los más pequeños jueguen. Al ser acolchada, sus rodillas sufren menos. El que sirva como colchón de calor les alejará del frio del suelo (especialmente en invierno). Y de cara al gateo, es más fácil impulsarse en la alfombra que sobre el parqué u otra superficie lisa.

Lejos de ser un peligro, es un lugar cómodo donde jugar. De modo que si te preguntas si las alfombras son un lugar saludable para los peques, la respuesta es que sí.

Nota: Alfombras Hamid no se responsabiliza de los defectos que puedan causar la aplicación de estos consejos de limpieza y cuidados, ya que los productos y herramientas nombradas son aconsejables, pero dependiendo del modo en el que se apliquen podrían deteriorar las alfombras. Esto es porque los materiales de cada alfombra son únicos y sus tintes y composición reaccionarán de distintas maneras. Siempre recomendamos la restauración y limpieza de alfombras hechas por profesionales.

Imágenes | Petr Kratochvil, dre2uomaha0, Pexels, Michal jarmoluk

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3 comentarios en «¿Es saludable que mis hijos jueguen en la alfombra?»

  1. Vivimos rodeados de animales microscópicos, «invisibles». Incluso nos acostamos con ellos, cuando dormimos o cuando tenemos sexo «solitario». Y a estos animales hay que eliminarlos con frecuencia, aunque se sea vegano, je. De todos modos ya los matamos incluso sin querer: al pisar, al lavarnos la cara, al tocar un objeto…Que nosotros vivamos implica esto. Es ley de vida.

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  2. Bueno, si el «unico» problema que crean los acaros es el de la alergia a los alergicos entonces estos tienen que tomar medidas contra ellos pero los demás no debemos obsesionarnos con ellos y dejarlos vivir. Hay que respetar las vidas lo máximo posible.

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