Las alfombras también son para el verano si sabes elegir la correcta

alfombras para verano

La tradición y la lógica dicen que las alfombras se guardan en primavera y se rescatan en otoño. A menudo después de venir del tinte. Es más, hay tintorerías que te las guardan en verano hasta que llega el frío del invierno. Pero, ¿significa eso que no podemos usar alfombras en verano?

Todo lo contrario. Las alfombras se asocian al invierno por el aislamiento térmico y incluso acústico de algunos modelos. Pero otros también pueden usarse para justo lo contrario: refrescar la casa y hacer frente a esos grados de más. Estas alfombras te sirven también para verano.

¿Por qué pensamos que las alfombras son solo para el invierno?

Tradicionalmente, en nuestro país se han usado alfombras exclusivamente de lana. Además, se fabricaban gruesas para dar calidez a los suelos. Sin embargo, hoy en día se usan todo tipo de materiales tanto orgánicos como compuestos, como el poliéster, que aportan frescor al suelo.

Materiales más frescos, ligeros y con capacidad de transpirar se usan para alfombras que no pretenden abrigar la casa, sino quizá servir de adorno. Aunque el aislamiento térmico sea más reducido en estos tipos de alfombra, sin duda se agradece en las noches de verano.

Para verano, una alfombra que no almacene calor

En líneas generales, hay una única regla para alfombras que solo queremos usar en verano: que no almacenen calor. Los veranos en nuestro país pueden llegar a elevar las temperaturas por encima de los 40 grados en algunos lugares de la península, y una alfombra que almacene calor lo estará liberando durante toda la noche.

De ahí que se eviten no tanto los materiales si no la forma en que éstos están tejidos. Si, por ejemplo, los hilos están prensados y ajustados, y la alfombra guarda cierta rigidez, no conservará cámaras de aire en su interior. Estas cámaras, frecuentes en las alfombras de algodón o lana, son las que almacenan el calor durante todo el día.

¿Cómo elegir una alfombra para verano?

Una manera rápida de saber si una alfombra retiene mucho o poco calor es fijándonos en su grosor. A mayor grosor, más masa térmica. La masa térmica nos viene muy bien en invierno porque retiene el calor del sol del día y lo libera por la tarde y noche (más frescas), pero no en verano. En verano buscamos alfombras finas y frescas.

alfombras de verano interior

Otro factor importante es ver cuánto podemos comprimir la alfombra. Cogiendo una de las esquinas, podemos apretar suavemente con los dedos índice y pulgar. Si la alfombra cambia mucho de grosor cuando lo hacemos, entonces es que tiene una gran cantidad de aire en su interior, y debemos evitarla en verano. Será, eso sí, ideal para invierno.

Las alfombras con pelos o hilos largos en sus caras son un indicativo de calidez. Las alfombras de verano suelen ser más lisas, planas, y no tienen un pelaje largo.

El color también influye. No se recomienda una alfombra muy oscura para verano, que ayudará a atrapar el calor. Es mejor una alfombra clara, con colores pastel, blancos, amarillos. Si incluyen azules, rojos o verdes, que no sean muy intensos.

Las alfombras de exterior sirven también para verano

Nosotros recomendamos que, en verano, busquemos alfombras que también sirvan para exteriores porque están preparadas para momentos de calor, humedad y sol extremos. Como nuestra línea de alfombras kilim en la Colección de Exteriores.

alfombras de verano exteriores

Con dibujos geométricos y tonos pastel, son el complemento ideal para una vivienda en verano. Además, las fibras de poliéster con las que están trenzadas son muy resistentes a la humedad, a los productos químicos y a las fuerzas mecánicas tales como sillas o mesas sobre ellas.

Una alfombra de verano para dormir bien, y ahorrar

Tanto si tu suelo es de madera, hormigón pulido o baldosas, el colocar una alfombra sobre el mismo puede refrescar toda la estancia. Especialmente aquellas que dan al sur, y que por tanto tienen muchas horas de sol.

La alfombra de verano evitará que el sol llegue a la madera, hormigón o piedra. Estos materiales tienen una elevadísima masa térmica y absorben el calor del sol durante todo el día. Solo se salvan suelos de azulejos blancos (o muy claros) que despachan muy bien el calor hacia fuera.

Esto obliga muchas veces a dormir con las ventanas abiertas para poder ventilar el calor, o incluso a poner el aire acondicionado. ¿Tienes calor en las noches de verano y tu vivienda no se enfría? Prueba a poner nuestras alfombras Kilim bajo las ventanas al sur.

Imágenes | Fotolia

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