¿Se puede tener alfombra si tenemos alguna alergia?

Las alergias son cada vez más frecuentes en nuestra sociedad. La elevada contaminación atmosférica, los hábitos de consumo y una excesiva preocupación por la higiene de la piel, entre otros factores, hacen que seamos más propensos a desarrollar hipersensibilidad a los ácaros, bacterias, pelo de mascotas, etc.

Vivir con una alergia no tiene por qué ser algo grave, pero sí una condición bastante molesta, especialmente si vivimos rodeados de nuestros alérgenos. Algunas personas se preguntan si se puede ser alérgico y tener alfombra en el domicilio. Damos las claves.

Medidas preventivas: saber a qué somos alérgicos

A muchos nos ocurre que observamos síntomas “de alergia” (congestión nasal, picor, estornudos, ojos llorosos…) pero no estamos seguros de si somos alérgicos a determinadas sustancias o conjuntos de ellas.

Por ejemplo, puede que no estemos seguros de si lo que nos da alergia es nuestra mascota, lo que acabamos de comer, o el polvo doméstico, entre muchos otros; o si se trata de una reacción endógena como la dermatitis atópica o la psoriasis, en cuyo caso la causa no está en nuestro entorno.

Como medida preventiva se recomienda evitar el contacto con el alérgeno, para lo que hace falta identificarlo. En España podemos pedir cita con nuestro médico de cabecera y contarle nuestras inquietudes. En base a estas, podría derivarnos a alergología para hacernos las pruebas de la alergia. En este artículo nos orientamos a paliativos no farmacológicos que nos ayudan a vivir con una alergia en casa.

Cómo evitar el contacto con los alérgenos del entorno doméstico

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Hay varios alérgenos clásicos a los que mucha gente es reactiva o directamente alérgica en un grado elevado, como los ácaros o el pelo y pluma de animal. Especialmente con los ácaros, presentes en todas las superficies y en el polvo del ambiente, se suelen dar los siguientes consejos.

La importancia de la higiene doméstica

Mantener nuestra vivienda lo más limpia posible, sin que esto signifique hacer uso de productos químicos agresivos. Aspirar con frecuencia la vivienda haciendo uso de aspiradores con filtros HEPA (no es una marca, sino un estándar), barrer a diario o usar mopas antipolvo suele ayudar.

Las revistas, libros, periódicos o peluches suelen acumular alérgenos como ácaros, bacterias, o moho, por lo que guardarlos en el interior de armarios suele ser una buena idea.

Con respecto a cocina y baño, se recomienda limpiar con frecuencia, aquí sí haciendo uso de productos antibacterianos. Para los trapos de cocina, y las toallas y alfombras en el baño se recomienda lavarlas con más frecuencia que otros tejidos del hogar por su alto grado de humedad.

Los tejidos, mejor de poliéster o fibra artificial

Con respecto a los tejidos, se desaconseja la lana o tejidos naturales, así como tejidos gruesos o de pelo largo que permitan la acumulación de suciedad. Para cortinas, alfombras e incluso para ropa de cama se pueden usar materiales basados en el poliéster, así como fácilmente lavables a máquina o a mano.

En cortinas vienen muy bien los estores lavables, y en alfombras aquellas pequeñas que nos permitan una limpieza asequible en lugar de acudir al tinte cada poco tiempo. También se aconseja huir de las moquetas fijas por lo complicado que resulta limpiarlas.

¿Puedo tener plantas de interior?

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Para los alérgicos, se desaconseja vivir con plantas en la vivienda, especialmente gramíneas. Se pueden tener plantas artificiales sin más problema que su limpieza frecuente, así como plantas de exterior al otro lado de las ventanas.

Las plantas liberan distintos compuestos al aire que tienden a depositarse en los tejidos y las alfombras, y que nos veremos obligados a sacudir con frecuencia. Además, la tierra y nutrientes de las que dependen contienen una biótica que puede intensificar nuestras alergias en algunos casos.

La ventilación y el aire acondicionado

La ventilación es muy importante en las viviendas en las que tenemos personas alérgicas al polvo o a los ácaros, o personas simplemente reactivas a ellos. Por eso se aconseja ventilar a primera hora de la mañana, dejando que el aire frío entre en la vivienda y elimine parcialmente las bacterias y hongos.

Si se tiene alergia al polen, el consejo es justo el contrario: mantener las ventanas cerradas a primera hora de la mañana, ya que entre las cinco de la madrugada y las diez de la mañana es el periodo en que más polen hay presente en la atmósfera.

Este aire frío previene la aparición del moho porque evita el calor y la humedad ambiente del que depende su crecimiento. En algunos casos extremos es necesario usar un aparato de aire acondicionado que reduzca los niveles de humedad en el interior de la vivienda.

“Endurecer” las normas para los animales

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Muchas veces no podemos evitar vivir con animales a los que somos alérgicos, y que forman parte de nuestra familia, pero sí minimizar su impacto sobre el entorno.

Cepillar a nuestras mascotas, no dejar que se suban a las alfombras o a las colchas de las camas, o hacer uso frecuente de la aspiradora son consejos que dábamos para tener mascotas en una vivienda con alfombras, y que cobran relevancia con las alergias.

 

Tener alfombra no es incompatible con la mayoría de las alergias, de modo que podremos disfrutar de una vivienda bien decorada sin miedo a que nuestra salud se vea resentida siempre y cuando sigamos unos cuantos consejos de higiene y limpieza, teniendo en cuenta siempre las recomendaciones del alergólogo.
Imágenes | Engin Akyurt, HG-Fotografie, Milada Vigerova, Milada Vigerova

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